miércoles, 30 de julio de 2008

proyecto cristina

Estéticas del Cuerpo
Cristina Marchán

Quisiera partir de una lectura que hace Cynthia Farina sobre los textos de Deleuze y Foucault, al proponerse pensar una pedagogía de las afecciones. En su tesis, nos plantea la idea de que la contemporaneidad ha generado un estado de adolescencia en nuestro cuerpo por la constante producción y reproducción de estímulos que “generan la renovación constante de una imagen de lo colectivo y de lo individual en constante transformación, en un estado de formación que nunca acaba de completarse”.(1)

Por otro lado me interesa poner en tensión lo anteriormente expresado con la sensación de que nuestros cuerpos están sometidos a una constante repetición de acciones y gestos, muchos de ellos como la performance de quienes creemos o deseamos ser, o como el hábito de ser lo que somos.

Si retomamos, como Farina, la noción deleuziana de “afecto” y la idea de “afección” como aquella “impresión que hace algo en otra cosa, causando en ella alteración o mudanza”, y la idea de que el sujeto se compone y recompone constantemente a través de lo que pasa por su cuerpo, o le pasa por su cuerpo (2), entonces me interesa creer que en la repetición diaria de nuestras acciones, o dicho de otro modo, que en el ejercicio diario de mí, cabe la posibilidad de la trasgresión de la propia idea de mí en tanto construcción de un hábito o de una norma. Cabe el ejercicio constante de pensarme de otro modo, de accionarme de otro modo aún si transito las mismas calles una y otra vez, si transito los mismos gestos unas y otra vez. Gestos que dejarán ya de ser los mismos en tanto que tendrán ya otro sentido.

El ejercicio que propongo es una investigación sobre cómo un estado de conciencia abierto a las afecciones puede ir modificando el sentido de una repetición a través de las mismas acciones. Para esto, propongo armar una secuencia de acciones físicas que se repetirá una y otra vez, elegidas entre un campo amplio de contextos propios (lo doméstico, el ejercicio, la memoria, etc) y que partirán en principio de aspectos muy concretos de lo que creo componen parte de mis hábitos y del cómo acostumbro pensarme.
Frente al espacio donde se ejecutará esta secuencia, crear un segundo espacio compuesto por una silla donde invitaré a distintas personas a sentarse y observar activamente la secuencia realizada.
La intención será poner en relación la ejecución de la secuencia como metáfora de una práctica de sí que transita un mapa gestual ante la mirada de varios otros, a su vez construidos desde su simple mirar en “hombres”, “mujeres”, “adultos” o “niños”. La idea es permitir que la realización de la secuencia se modifique en el cómo, en la medida en que el sentido de ese gesto vaya transitando diversas posibilidades. A la vez, explorar cómo se afectan mutuamente tanto el cuerpo de otro que mira como el cuerpo que acciona.


Notas:
1. FARINA, Cynthia. “Arte, cuerpo y subjetividad. Estética de la formación y pedagogía de las afecciones”, Universitat de Barcelona. Barcelona 2005. (p.12)
2. Idem.

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