EL SUSURRO DEL CUERPO
Cuando instalamos nuestros cuerpos en un "espacio vacío" intencionalmente, se produce un fenómeno indescriptible......
...el cuerpo empieza a habitar el espacio desde otra perspectiva.
El espacio a su vez se torna maleable, se expande, se empequeñece, contiene al cuerpo en movimiento como si fuera un lienzo blanco palpitando cuando recibe los primeros trazos de pintura; o una hoja vacía con las primeras letras de una historia.
El cuerpo moviéndose - en el espacio vacío - empieza a susurrar sensaciones, recuerdos lejanos que regresan dando vida a un movimiento que ya no es el cotidiano, el que realizamos inconscientemente, mecánicamente. El espacio recibe al cuerpo y el cuerpo posee al espacio casi como un acto amoroso, en el que cada movimiento puede devenir caricia. Caricia en el sentido de "yo acariciándome", acariciando mi mundo interior, mi contenido invisible, lo que no muestro cuando saludo, camino, bailo......
acaricio mi cuerpo en el espacio a través del movimiento.....
Entonces es cuando surge una belleza expontánea, un susurro bello de movimiento, de cuerpo de hombre y mujer.
Una estética donde el cuerpo habitando el espacio muestra el susurro del alma, y se logra ver lo invisible.
Texto escrito por Carolina Váscones a propósito de juntarnos en las Estéticas del Cuerpo para movernos juntos.
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